Iñaki Zaldo Morán
Esta es la increíble historia de tres valientes astronautas y su gran viaje. Estamos en el año 2105, en el planeta Tierra. Los tres astronautas, llamados Alan, Leo y Mateo, están a punto de hacer algo que ningún humano ha hecho antes: viajar a un universo paralelo y visitar la Tierra de ese universo. Lo que van a hacer es viajar a un agujero negro, para pasar a través del agujero de gusano y así ir a ese universo y llegar a otra Tierra, para ver qué diferencias había. Ya estaban preparados para el gran viaje y los astronautas, algo nerviosos, se despidieron de todos. Al entrar a la nave, revisaron todo y estuvieron listos. “Cinco, cuatro, tres, dos, uno, ¡despeguen!” Despegaron y vieron cómo, poco a poco, se alejaban de su hogar. Empezaron a ver claramente las estrellas, la Tierra les pareció una canica azul.
Las coordenadas del agujero los enviaban a los alrededores de Saturno, pero tardarían relativamente poco, ya que la nave era muy potente. Quince minutos después, ya estaban por Júpiter. En cualquier momento llegarían. Entonces vieron una deformación del espacio. Ahí estaba el agujero, Leo activó la híper velocidad y entraron. Primero sintieron como si se estiraran y luego se percibieron dentro de un tubo lleno de luces azules; después, volvieron a la profunda oscuridad del espacio. Ellos creyeron que no había funcionado, por lo que trazaron las coordenadas de regreso a la Tierra.
Entraron en la atmósfera y finalmente aterrizaron. Algo se les hizo raro, al estar entrando al planeta, salían patos y más patos por doquier. Salieron de la nave, comprobaron que el aire era respirable, y comenzaron a explorar y admirar, poco a poco, la gran ciudad que se levantaba frente a ellos. Los edificios tenían un color verde y negro, a diferencia de nuestros edificios. Los tres astronautas se quedaron completamente atónitos y sin aliento cuando se dieron cuenta de que… ¡todos ahí eran patos!
Los autos, los edificios, las tiendas, las teles, la ropa, todo eso era de patos. No había un solo humano, excepto los astronautas. Entonces fue cuando intentaron hablar con los patos; primero, para ver si hablaban un idioma que entendieran, y segundo lugar, para saber ¡por qué todos ahí eran patos! Intentaron hablar con todos; vendedores, policías, panaderos, arquitectos, doctores, pero lo único que recibieron como respuesta fue: cuac cuac cuac cuac cuac cuac.
A los astronautas no se les ocurrió otra cosa más que tomar video, fotos y agarrar algunos patos. Después de hacer todo eso como por una hora, se fueron y regresaron a la Tierra original. Al volver, contaron todo lo que vivieron, lo que vieron, mostraron las tomas, las fotos, y a los patos. Algunos les creyeron, y algunos no, pero ellos están seguros de que todo eso fue muy raro y sin sentido. Cuac.